viernes, 14 de agosto de 2009

Llegada a Chimaltenango

El día jueves 6 de agosto partimos desde La Antigua a la ciudad de Chimaltenango, con la finalidad de iniciar nuestro trabajo con CEIBA. Fue la primera vez que cogimos las famosas camionetas, lo que realmente consistió en toda una aventura, en primer lugar para encontrarla en medio de ese mar de colores, y luego el viaje en sí, lleno de curvas y emoción.

Terminal de La Antigua

LLegamos a las 2 de la tarde, al "cruce", allí donde Luisa nos decía que estaba el "Super 24". Tal cruce es realmente caótico, no hay señalización de tránsito y cada conductor se las arregla como puede ¿valientemente, podría decirse? En todo caso, no les ha de importar mucho, ya que casi todos los vehículos portan algún membrete que hace alusión a que Jesús les guía en su camino, y por tanto ponen toda su confianza en que Dios le proveerá de la buena conducción. Ahora bien qué le queda al pobre ateo que es transportado por aquél...

Desde el cruce llamamos a Vanessa, con quien ya habíamos compartido las sesiones de la Conferencia Internacional sobre la Minería. Ella sin dudar vino en su carrito a buscarnos y nos condujo hasta la Oficina de CEIBA donde nos encontramos con Naty (quien también habíamos conocido en la Conferencia) y nos fueron presentados los demás compañeros que cumplen otras funciones.

Entonces, sostuvimos nuestra primera reunión con Naty, con quien intentamos determinar, "en principio", cual sería nuestra tarea, ya que como primer intento de trabajar con juristas, resulta un tanto complicado hacerlo a priori. Lo bueno es que nos dieron amplia libertad de trabajo y luego fijaríamos un cronograma de actividades.

Quedaba aún por determinar dónde pernoctaríamos durante estos días, por lo que recordamos que Luisa nos había dicho que Vanessa había ofrecido su casa, y efectivamente así fue. En la noche nos fuimos a su casa, que queda a unos 10 minutos de la oficina (cuando no hay tránsito, porque si coges la camioneta durante el horario de salida del trabajo, tardarás 1 hora), y conocimos a dos personajes increíbles: Manuelita y Ñuxca (no sé como se escribe, pero así siento que se pronuncia), ambas llegaron al hogar de Vanessa con finalidad de rehabilitarse del maltrato que habían recibido en su respectivos anteriores hogares, la primera debe haber sufrido más porque es más desconfiada, y tiene una mirada que a los niños del sector asusta, pero tiene un gran corazón. Ñuxca, en cambio, se rehabilitó completamente, y actúa como una nena, es muy juguetona y reclama mucho cuando Vane se marcha al trabajo, pero asimismo demuestra su alegría cuando regresa. Ah! debo decir también que por las noches ladran mucho.


Manuelita y Ñuxca

Tampoco puedo dejar de mencionar a Libertad, una tortuguita que llegó a casa de Vanessa, escapando de su cautiverio, de ahí su nombre, todas las mañanas le damos de comer (lechuguita o papaya), y también tuvimos la oportunidad de presenciar su baño sabatino, aunque creo que la pobre se estuvo congelando.

Libertad

Para qué mencionar el jardín, hermoso, los aguacates se caen de maduros, hay muchísimos y deliciosos, muchas flores, todo muy lindo, es un espacio en el que se percibe el amor y dedicación que le ha pueso Vanessa.

Flor exótica del jardín de Vanessa

Nuestra anfitriona la dejo para el final porque, como decímos en Chile "es la guinda de la torta", una personita que nos recibió con los brazos abiertos, que nos llevó al mercado de Chimaltenango y nos dio de probar de fruta que se nos antojaba, que nos ha prepardo unos licuaditos de fresita y bananito con granola y atolitos de mosh increíbles. Pero lo más grato han sido las conversaciones que con ella hemos sosteido en las noches, de las cuales denota una gran lucidez y conocimiento de su pueblo. De ella, estaremos eternamente agradecidos.

Carolina y Marcos

No hay comentarios:

Publicar un comentario